casa del horizonte cuadrado Lota, 2017
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Las cosas dotadas de vida, las cosas vividas, las cosas admitidas en nuestra confianza, están en su declinación y ya no pueden ser reemplazadas... Sobre nosotros descansa la responsabilidad de conservar no solamente su recuerdo, sino su valor humano y lárico.

Rainer María Rilke

Tras el esfuerzo persistente de toda una vida, un matrimonio adulto, puede al fin permitirse construir su propia casa, decidiendo pasar sus últimos años sobre las ruinas de una vivienda de la Enacar mirando al mar.
Se partió con la premisa de recuperar el zócalo de piedra que constituía la carbonera de la antigua casa, cuya arquitectura de madera se terminó de arruinar tras el terremoto del 2010. Sus muros de piedra serán reforzados con la nueva estructura de hormigón armado que, con sus machones, vigas y losas, soportan dos cuerpos ligeros de madera.
Esta casa, a través de sus espesores, marcos, espacios y distancias, propone construir distintas formas de relacionarse con el paisaje, siempre de forma medida, privilegiando su carácter interior. Desde el acceso, una galería separa el ambiente público de lo privado, proyectándose hacia le lejanía del horizonte. Una luz cenital acompaña el descenso hacia la antigua carbonera, transformada en un departamento independiente donde festejar junto a hijos y nietos. Un vacío vertical asciende, vinculando lo nuevo con lo viejo, transfigurando el sótano al inundarlo de luz.
Una ventana cuadrada recorte el mar en el living. Un pequeño bow window cúbico, permite reposar levitando en el dormitorio. Un balcón permite tomar el aire marino resguardado de los vientos. En la cocina, el corazón de la vida doméstica, junto con la ranura horizontal abierta al acontecer del vecindario, se cruzan las vistas hacia el living y el mar, a través de un pequeño patio interior que recortando el cielo, construye un lugar donde contemplar sin prisas la caída de la lluvia.
Su arquitectura pretende hacer de la modestia de sus materiales una virtud. Por el interior pisos de madera y piedra pizarra, junto a tabiques de yeso cartón blancos. Por el exterior, un tabique ventilado de pino, será tratado al carbolíneo, negro como el carbón.
Obra: casa carbonera. Ubicación: Luis Cousiño 295, Lota, Chile
Cliente: Jaime Oliva & Marilyn Llanos. Proyecto: 2017
Superficie construida: 197 m2; Superficie terreno: 470 m2

Arquitecto: Rubén Muñoz
Colaborador: Nicolas Moraga
Maqueta, isométricas: Emilio Palacios, Matias Ramírez, Leonor Rios

Ingeniería estructural: Felipe Zavala
Sistema constructivo: hormigón armado; carpintería y cerchas de madera
Cerramientos: piedra, hormigón visto, entablado pino al carbonileo, aluminio y termopanel
Terminaciones: madera natural, yeso cartón pintado y hormigón visto